Entre los males específicos y más peligrosos que aquejan a las personas mayores y enfermas, se encuentran las UPP o úlceras por presión. Se trata de lesiones ulcerosas que se producen por la presión en zonas sensibles de la piel, en este caso sensibles por su inmovilidad y su tendencia a la falta de irrigación.
Las úlceras tienen un origen isquémico, lo que implica una disminución del riego sanguíneo. Si este factor se une a la presión de la zona, puede producirse la úlcera. Los expertos en el ámbito, aseguran que este tipo de lesiones son evitables en un elevado porcentaje de los casos, por lo que deben extremarse las precauciones con enfermos encamados o de movilidad reducida.
La presión que se ejerce sobre la piel que tiende a la falta de irrigación, propicia un aplastamiento tisular que se da entre un elemento externo al enfermo (la cama, por ejemplo) y su propio cuerpo.
Las úlceras por presión se dividen en diferentes clases, dependiendo el estadio en que se encuentran. El estadio I es el más leve y en el cual puede actuarse antes y con más eficacia. En él, se observa que al presionar la piel, esta no blanquea. El estadio II es algo más avanzado e implica úlceras de aspecto superficial, lesiones que ya afectan a la epidermis y pueden aparecer como abrasiones. Por su parte, el estadio III es el cual en el que se produce una pérdida de piel, pérdida que también afecta a los músculos y a los tejidos adyacentes. El estadio IV es el más grave y se presenta con grave disminución de la piel y los tejidos adyacentes, llegando la lesión incluso hasta el hueso.
No hay una sola manera de prevenir las UPP, pero una combinación de varios trabajos, como movilización, limpieza y secado y tratamientos con productos específicos, minimizará las posibilidades de aparición de las lesiones.
Las úlceras tienen un origen isquémico, lo que implica una disminución del riego sanguíneo. Si este factor se une a la presión de la zona, puede producirse la úlcera. Los expertos en el ámbito, aseguran que este tipo de lesiones son evitables en un elevado porcentaje de los casos, por lo que deben extremarse las precauciones con enfermos encamados o de movilidad reducida.
La presión que se ejerce sobre la piel que tiende a la falta de irrigación, propicia un aplastamiento tisular que se da entre un elemento externo al enfermo (la cama, por ejemplo) y su propio cuerpo.
Las úlceras por presión se dividen en diferentes clases, dependiendo el estadio en que se encuentran. El estadio I es el más leve y en el cual puede actuarse antes y con más eficacia. En él, se observa que al presionar la piel, esta no blanquea. El estadio II es algo más avanzado e implica úlceras de aspecto superficial, lesiones que ya afectan a la epidermis y pueden aparecer como abrasiones. Por su parte, el estadio III es el cual en el que se produce una pérdida de piel, pérdida que también afecta a los músculos y a los tejidos adyacentes. El estadio IV es el más grave y se presenta con grave disminución de la piel y los tejidos adyacentes, llegando la lesión incluso hasta el hueso.
No hay una sola manera de prevenir las UPP, pero una combinación de varios trabajos, como movilización, limpieza y secado y tratamientos con productos específicos, minimizará las posibilidades de aparición de las lesiones.